Adalides de la co-creación

Ser artesano es el antónimo de anclarse en el pasado y sinónimo de creación, innovación, evolución, desarrollo... Vamos algo así como un I+D+I. Prueba de ello son dos de las artesanas que se encuentran en este 1. Gabonart. Nos referimos a Soledad Santisteban del Telar Artesanía Textil de  Bilbao e Isabel Redondo de Nela Diseñote, de León. Ambas suman casi seis décadas de trabajo artesanal que desde hace ya siete años han materializado en lo que se ha venido a llamar la co-creación o compartir proceso creativo hasta su materialización definitiva.

Pero para saber cuáles son sus ejemplos de co-creación y co-laboración tenemos que irnos a los orígenes de esta amistad que transita por lo emocional y llega a lo laboral.
Soledad Santisteban sitúa sus inicios en el mundo artesanal hace ya 30  años en un caserío del vizcaíno pueblo de Maruri. Desde sus inicios se decanta por el mundo  textil, tanto en su vertiente mas tradicional como en la más innovadora como quedó ampliamente demostrado en 2008. Entonces su intervención y colaboración con un equipo multidisciplinar de artesanos fueron Mención Especial del Jurado en el Premio Producto de las Premios Nacionales de la Artesanía.
Isabel Redondo, de Nela Diseñote, lleva tanto tiempo como Soledad dando vida a unos estampados tan naiffs e inocentes que no dejan a nadie indiferente.
Soledad e Isabel se conocieron en 2007. Ambas coinciden en un viaje a Londres con la Asociación de Creadores Textiles de Madrid. Desde entonces convertidas en buenas amigas  y mejores profesionales no han dejado de plantearse proyectos en común, lo que hoy esta de moda llamar co-creación.
Ambas conforman un tandem colorista, especialmente  estético y lleno de sentido práctico.

Las colaboraciones que han nacido a su sombra y que presentan en este Gabonart van desde la creación de soportes, por parte de Soledad, que luego Isabel decora, hasta el diseño y ejecución de piezas más complejas y con más estudio técnico que se convierten en auténticos diseños funcionales. Esto es pañuelos de seda teñidos por Soledad a los que luego Isabel da vida con sus dibujos y por otro lado, fulares pintados por Isabel que, gracias a la técnica del fieltro nuno, ejecutada magistralmente por  Soledad les aporta otras hechuras.

No es la primera colaboración entre ambas , tampoco será la última, a tenor de esa máxima que habla de "renovarse o morir". En palabras de Soledad Santisteban "tenemos que seguir explorando en este sentido, para seguir evolucionando y no involucionando. Hasta dónde llegaremos, eso nunca se sabe".
Esperemos que el camino sea largo y nos siga reportando esas piezas únicas tan mágicas como asombrosas.